A través de los masajes los niños/as experimentan una sensación de bienestar no sólo física, sino también emocional.
Cuando los niños/as se sienten seguros y vinculados con las personas de referencia son capaces de disfrutar y percibir nuevas sensaciones placenteras para ellos, como los masajes en los que no sólo se trata el contacto piel con piel, sino también de percibir sensaciones a través de los sentidos, oído, olfato, tacto y visión. Además los masajes aportan a los más pequeños/as otros beneficios como:
- Ayudan a regular y reforzar las funciones respiratorias, circulatorias y gastrointestinales, a relajarse, aliviar estrés, al sistema inmunológico
- Facilitan la comunicación verbal, y ayudan a tener el sueño más tranquilo.
- Favorecen las relaciones paterno-filiales (la mirada, la piel, la sonrisa, los sonidos) etc..
- Aumenta el autoestima.